miércoles, 13 de abril de 2011

Lección cinco

Lección cinco.
De la ciencia a la política.
Sócrates recoge el tema de la política que Protágoras había sugerido cuando había dicho que la educación consistía en hacer verosímil lo que sabemos que es bueno; y que es necesario la sofistica y la oratoria.
Ni la moral ni la política pueden representar un refugio para eludir la reflexión; tampoco podemos anticipar un juicio de valor, “es bueno”, a un juicio de verdad “es cierto”, afirmando que el juicio de valor contiene la verdad. Entonces no  podemos decir que una tesis hay que defenderla porque es conveniente, sino que tenemos que comprobar por qué es conveniente.
Sócrates había dicho a Gorgias que la oratoria era una manera de persuadir, de tratar de convencer, pero no de demostrar, a lo que Gorgias contesta: que la oratoria no se puede calificar por si misma ya que puede ser empleada para defender una tesis justa como una injusta. Entonces la oratoria es un poder, sobre el alma, y que de igual manera no la podemos juzgar por sí misma, sino simplemente por el sentido en que se usa. El interés del orador es que su tesis  se comparta, pero el de Sócrates es  que se  conozca lo cierto.
Como Platón ve las cosas, desde el saber, lo importante no es la opinión  verdadera o falsa, justa o injusta, sino la demostración. A la verdad se llega por que se conocen los procesos lógicos de demostración.
Enfocándonos más hacia la política dada en el texto, nos  encontramos que la política es una mediación sobre el poder, el interés y la utilidad, que deriva del lo dicho por Protágoras, entonces hay que explorar que se entiende por lo conveniente, lo verosímil; porque no se puede recibir de Protágoras como una evidencia el concepto de conveniencia, por que los hombres no piensan lo mismo al respecto.
El contraste entre el político y el filósofo
No podemos escapar a la política, estamos condenados a ella.  
Sócrates va a introducir una comparación entre el filosofo, tan como él lo concibe, y el hombre político, tal como se da directamente en las luchas por interés.
Veamos el desarrollo que le da Platón al problema de la relación entre el político y el filosofo; la política, es inevitable, pero ¿se podrá alguna vez fundar la política en la ciencia?, este es el problema que discute la filosofía desde Platón hasta Marx. En el desarrollo del pensamiento de Platón hasta el final de su vida, nos encontramos con el problema de la oposición entre el político y el filósofo.
El filósofo no tiene las cosas tan claras, y más bien esta preguntándose qué es la felicidad. El otro sabe, o cree saberlo.
El filósofo no puede considerar definitivo ninguno de los valores, ni la nobleza, ni la propiedad, ni el poder. Su manera de actuar producirá risas a los que lo acusan, pero a él le producirá risa los valores de sus acusadores.
Naturalmente el contraste entre el filósofo y el político produce la impresión de que la filosofía significa lo contrario a la política. Después de de hacer esta contraposición entre el filosofo y el político, se deja abierto el problema de si se puede redefinir la política o no. Ya sabemos que no se puede escapar de la política, pero el problema que queda por saber es si se puede redefinir, es decir, hacer una política fundada en la ciencia o solamente contra la ciencia. La pregunta es vieja y en ella se trabaja y se sigue trabajando.
Carlos Andrés Casas
Alejandro Restrepo

2 comentarios:

  1. buen informe.
    hago eco en una idea:
    "lo importante no es la opinión verdadera o falsa, justa o injusta, sino la demostración. A la verdad se llega por que se conocen los procesos lógicos de demostración".
    Realmente la verdad sólo se consigue cuando tenemos los argumentos y las demostraciones necesarias para hacerla ver, no como algo versimil, sino como una pura verdad.

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  2. No es extraño, encontar una vez más a Sócrates, con la humildad propia del sabio, en esta ocasión, al referirse al arte del orador, (él que fue uno de ellos), expresa que el hecho de enseñar, e impartir conocimiento públicamente, no puede ser motivo de gloria para el orador, sino un medio para dar a conocer la verdad. También Sócrates es radical al afirmar, que el hombre está inmiscuido, quiera o no, a la vida política, por ser un ser social, y deja la de enseñanza de enfocar este aspecto, desde los valores, y buscando siempre le bien común

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